Familias de los recintos San Francisco e Israel, en la parroquia rural Tenguel, de Guayaquil, recibieron ayuda humanitaria de manos del viceprefecto Carlos Serrano.
En estos poblados, rodeados de plantaciones de banano, 135 hogares recibieron raciones del programa de asistencia social. Cada padre o madre de familia se ubicó junto a la casa comunal para recibir diversos productos. La mayoría de sus habitantes son jornaleros contratados por temporadas en las bananeras. Otros tienen parcelas donde siembran cacao.
Visiblemente emocionados, los beneficiarios se llevaban sus cajas en motos o a pie, reconociendo que esta ayuda es importante y necesaria en momentos de carencias. “Me cayó del cielo, porque mi esposo no está trabajando. Él es fumigador y se accidentó”, comentó Cecilia Illescas.
El siguiente sitio de visita fue Balao. El viceprefecto Serrano, junto a la alcaldesa de Balao, Sandy Gómez, entregó cajas con alimentos a 245 familias. El principal sustento es la recolección de cangrejos y la pesca. “De verdad que necesitamos, mi esposo es pescador y no está bueno el trabajo», expresó Andreína Chávez.
Tatiana Ramírez, también residente de Balao, lamentó que su esposo, durante la veda de cangrejo, no encuentra otros trabajos para llevar el sustento a casa. En igual situación se encontraba Pedro Cevallos, quien se dedica a la recolección de cangrejos en zonas de Naranjal.
“Sabemos que todos necesitan las obras y apoyo de las autoridades, pero hay que entender que es una provincia grande y estamos trabajando en territorio, para identificar las necesidades. Contamos con una prefecta Marcela Aguiñaga, que está pendiente de cada sector de la provincia”, manifestó Serrano.
Durante su recorrido, cumplió una inspección técnica en la vía que conecta Tenguel con el recinto Israel, donde los habitantes piden el mejoramiento de los 11 kilómetros del camino, altamente concurrido por los camiones que transportan banano.
También inspeccionó el requerimiento de la comunidad para que se haga el cambio de una tubería y la limpieza del estero que pasa por la zona, pues colapsa y se desborda, con cada lluvia.