Fue el pasado 20 de enero cuando Dani Alves ingresó en la prisión catalana de Brians 2 acusado de violación a una joven en Barcelona. Así pues, ya son más de cuatro meses los que el brasileño lleva encerrado sin ver la luz del sol.
Casi 150 días en los que el futbolista ha pasado por todos los estados de ánimo. Así lo ha desvelado su todavía mujer, Joana Sanz, en su última entrevista con la revista ‘Vanitatis’ en la que, además, asegura que confía plenamente en la inocencia de Alves.
«El primer mes que estuvo allí, solamente lloraba. No tiene a nadie con quien hablar. Está solo con sus pensamientos. Ahora, con el paso del tiempo, está siendo más fuerte, haciendo ejercicio como puede y leyendo mucho para tener su cabeza
Una tristeza que se extiende también a ella: «estoy mal, muy triste y asustada. Estoy yendo al psicólogo para que me ayude, porque si no, el cerebro dice ‘ciao’. Es tremendo todo lo que ha ocurrido. Y me está salpicando todo a mí sin haber hecho nada. Al revés, yo soy una víctima también. A mí me está tocando lidiar con algo que me he encontrado, sin comerlo ni beberlo, porque no soy ni denunciante, ni denunciada», lamenta.
Además, la maniquí ha explicado cómo son sus encuentros en prisión: «Es muy complicado. Lo veo a través de un cristal y hablamos a través de un teléfono. No estamos solos. Son cabinas transparentes en las que, a los lados, tienes más personas que, si hablas un poco alto, te escuchan. Por eso me resulta tan violento y por eso aún no hemos podido hablar de las cosas serias que nos afectan. Aún no he podido ni insultarlo (risas)», ha finalizado Joana.
TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO