En la actualidad, el gobierno mexicano ha reconocido el decreto firmado por Biden, que frenará la construcción del muro fronterizo y protegerá el programa DACA que libra de la deportación a miles de migrantes que llegaron a EE.UU. como indocumentados siendo niños y establecerá un camino para la ciudadanía para 11 millones de personas en situación irregular.
«Los puentes abren paso a la cooperación y al entendimiento», tuiteó el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, como una clara declaración de intenciones entre ambos países.
Sin embargo, a López Obrador le puede preocupar que, contrariamente a la posición de Trump, el nuevo gobierno demócrata tenderá a intervenir más en los asuntos mexicanos y las cordiales relaciones bilaterales se podrían volver complicadas.