En Estados Unidos durante el gobierno de Donald Trump, imprimieron tantos dólares y esa inyección de dinero masivo sirvió para esa economía tan golpeada por le COvid-19 pero ahora enfrenta un problema económico no solo nacional sino que se traslada a nivel internacional.
La misma reserva federal de Estados Unidos redujo la tasa de interesa casi al cero por ciento y como la tasa de interés equivale al costo del dinero de un país, mientras más baja menos vale su divisa, estos elementos impulsaron la caída del precio del dólar frente a las divisas más duras del mundo, llevando al dólar a su nivel más bajo registrado de inicio del 2018 con una caída de más del 12% y según vaticinan algunos economistas esta caída parece solo el principio.
Un dólar más barato implica que las importaciones hacia Estados Unidos se vuelven más caras, por lo tanto aumentan los precios de ese producto en ese país, producir con un dólar débil cuesta menos por lo que se espera benéfico para la industria mano facturara en Estados Unidos y sus productos serán más competitivos en el exterior, pero ojo en el exterior también se puede esperar un impacto en la economías estrechamente ligadas al dólar.
Son beneficiarias de un dólar más barato países como Chile, Colombia, México y Brasil, donde han bajado los precios de los bienes importados como tecnología, pero han subido los alimentos como trigo y caco en un 30%.
Pero Ecuador es el gran beneficiado de la caída del dólar en medio de una crisis económica sin precedentes, tener un dólar barato alivia la financiación de la economía, además sus productos se hacen más competitivos en el mercado por lo que se benefician sus exportaciones, por todo esto hay una idea bastante generalizada que la caída de la moneda más fuerte del mundo más que perjudicar beneficiará a muchas economías de América Latina.
