Hay que ir con cuidado cuando se dice la frase «cuando los cerdos vuelen», porque, visto lo visto, quizá ese momento pueda pasar en el futuro. Aunque, de momento, lo que ha descubierto un estudio es que estos animales pueden aprender a jugar a videojuegos.
Los investigadores de la Universidad Purdue, en Indiana (Estados Unidos), han descubierto que los cerdos pueden usar una pantalla digital y usar un joystick con su hocico para mover un cursor y conseguir comida.
Para el estudio, han tenido que enseñar a los animales la relación de lo que sucede en la pantalla del ordenador con sus movimientos del mando, y luego la conexión entre lo que hacen con el cursor y la obtención de estas recompensas.
Los cuatro porcinos con los que realizaron la investigación consiguieron completar este juego con éxito. Aun así, al subir la dificultad, los cerdos demostraban no estar preparados para otro tipos de niveles.
Los animales no podían competir en Mario Kart con niños, ni siquiera con los monos para los que se diseñó este juego, pues mover el joystick con el hocico es más difícil que con las manos.
Los cerdo y sus capacidades
Esto demuestra la inteligencia que tienen los porcinos, especie de la que ya se demostró que pueden aprender a reaccionar de forma diversa a distintos sonidos o a utilizar diferentes formas geométricas sencillas para responder. Sin embargo, no todos han sido capaces de aprender el funcionamiento de los espejos o reconocer otros cerdos en fotografías.
Este estudio de la Universidad Purdue forma parte de una investigación del bienestar animal y el análisis de las habilidades cognitivas de los animales de granja. De este modo, se pueden aplicar unas u otras interacciones sociales con las especies y se pueden incluir elementos como comederos automáticos o la posibilidad de que accedan al exterior con la seguridad de que van a saberse mover por espacios más amplios y abiertos sin riesgo.
Además, la investigación sostiene que, conociendo más la inteligencia de animales como los cerdos, se averigua cómo perciben el mundo y se puede fomentar una mayor empatía con ellos y una mejor gestión de sus espacios y necesidades.