El Barcelona vivió el martes otra noche trágica en la Champions League. Otra más que se suma a las de Lisboa, Liverpool, Roma… En los últimos años, los culés no ganan para disgustos en la competición continental, esa a la que no hace tanto eran claros candidatos a ganar. Pero el fiasco europeo contra el PSG puede tener otras implicaciones más allá de las meramente deportivas, los de Koeman ven muy difícil la remontada, puede resultar un impedimento más en la continuidad de Leo Messi en el Camp Nou.
El Barcelona no rindió al nivel esperado contra el PSG. Mostró todas las debilidades que evidenció en las anteriores debacles europeas: fragilidad defensiva, desconexión entre líneas, dificultad para superar la presión del rival, problemas en la definición, impaciencia, apuros en la salida del balón, nula capacidad de reacción… Koeman no ha podido corregir los errores heredados de sus antecesores y que prácticamente han apeado a los catalanes de la Champions League de esta edición del torneo europeo.
Al varapalo deportivo, institucional, económico (han dejado de ingresar más de 10 millones de euros) y de prestigio que implica la derrota contra los de Mauricio Pochettino, y la posible eliminación en Europa, y que pone, además, en jaque el proyecto deportivo de Ronald Koeman, se le suma el significado que puede tener para Leo Messi. Al capitán culé le afectaron mucho los últimos fracasos en Europa. Quiere participar de un proyecto ganador. Desea levantar de nuevo la Orejona. «Yo quería seguir luchando por la Champions«, dijo el hispano argentino cuando esgrimió los argumentos que le llevaron el pasado verano a tomar la decisión, frustrada, de dejar la institución azulgrana.
Un Messi afectado
La derrota contra el PSG se suma a la frustración acumulada por Messi las últimas temporadas. Como al resto de jugadores, el martes se le vio cabizbajo, triste y afligido sobre el césped del Camp Nou. Sabía, como el resto del vestuario incluido Koeman, que sería complicado que esta temporada ganaran la Champions, pero no contaba con caer de forma tan estrepitosa contra el conjunto galo, sin Neymar, y en el Camp Nou.
Faltan cuatro meses para que Messi concluya su contrato. Los candidatos confían en convencerle, pero todos saben que la derrota en Champions ha complicado su continuidad. En Argentina, los medios de comunicación lo tiene claro: quieren que deje el Barça. «Salí de ahí, maravilla», titula Olé.
