Sergio Ramos y Florentino Pérez están viviendo el momento renovación con más tranquilidad de lo que algunos intentan hacer ver. Esta semana capitán y presidente han hablado y lo han hecho dentro de un clima de total y absoluta calma. El máximo mandatario blanco llamó al defensa para saber como se encontraba tras la operación, demostrando que viven alejados de la tensión exterior.
La charla fue distendida, relajada. La negociación o, mejor dicho, la propuesta y consiguiente rechazo va por otro lado. Cada uno sabe el sitio que le corresponde y uno y otro tienen claro que lo más importante es salvar la temporada de la mejor manera posible en las dos competiciones en las que todavía sigue vivo el equipo blanco, como son Liga y Champions.
Desde el club son conscientes de que Ramos ha forzado para jugar y que su rodilla dijo basta. De hecho, el central jugó la Supercopa tras ser infiltrado en su rodilla izquierda. Por ese motivo ha tenido que pasar por el quirófano. El Real Madrid puso a su disposición al equipo del doctor Leyes en la clínica Cemtro, que entre otros operó a Marco Asensio.
Relaciones del club con jugadores
Pase lo que pase en el asunto de la renovación, nada cambiará en la relación entre ambos. Va más allá de presidente-jugador. Lo han demostrado y ambos se lo han querido dejar patente. Dieciséis años dan para mucho y lo que hoy puede estar al borde de la ruptura, manana puede dar a lugar al abrazo del entendimiento.
Todos los grandes símbolos del madridismo que terminaron su relación y el aficionado esperaba verles vestidos de blanco madridista alguna temporada más, han terminado volviendo a la Casa Blanca. Fernando Hierro lo hizo de la mano de Ancelotti, Raúl es el actual entrenador del Castilla, Guti volvió como técnico y el último ha sido Casillas que ahora es el adjunto a la dirección de la fundación blanca. Viajes de ida y vuelta.