El evento más reciente se registró en Machala, provincia de El Oro, el 19 de septiembre pasado, en el sector de Ceibales. Varios antisociales, fuertemente armados, usando pasamontañas ingresaron al predio camaronero disparando a los guardias de seguridad hiriendo a uno de gravedad, quien afortunadamente se recuperó en una casa de salud de esa localidad.
Un día antes, en el Golfo de Guayaquil, antisociales fuertemente armados atacaron a personal de custodia fluvial que se encontraba esperando el paso de una embarcación camaronera para brindarle resguardo. Tres guardias resultaron heridos con perdigones; los delincuentes se les llevaron armas y equipos de comunicación.
Esta nueva modalidad delictiva pretende amedrentar a los equipos de seguridad que brindan custodia al sector, con el objetivo de debilitar sus acciones ya sea con atentados, amenazas o hasta extorsiones.
Según las estadísticas proporcionadas por la Dirección de Seguridad de CNA, desde enero hasta finales de agosto de 2023 se han registrado 64 incidentes delictivos que resultaron en 50 heridos y dos fallecidos. Estos datos representan tan solo un fragmento de la realidad en el sector, ya que existe un 30% de “cifras ocultas”, relativas a individuos que, temiendo represalias, optan por no denunciar; por lo tanto, al no ser judicializados, se desconoce la cifra real que la institución calcula sobrepasa los 200 eventos delincuenciales.
La CNA ha manifestado de forma reiterativa que, desde el sector privado, se han logrado identificar determinadas rutas, terrestres y fluviales, que presentan una alta incidencia criminal. No obstante, debido a la carencia de recursos económicos y logísticos por parte de las entidades de control pertinentes, los operativos son demasiado limitados.
Por otra parte, el sector camaronero ecuatoriano, invierte más de 80 millones de dólares anuales en seguridad privada. Se enfoca en la contratación de guardias que operan en turnos rotativos, la implementación de sistemas preferidos de videovigilancia dotados de inteligencia artificial y la adopción de tecnología de rastreo satelital. A pesar de estos esfuerzos, la lucha contra la delincuencia aún no es efectiva, en gran parte debido a que las reformas al reglamento de armas propuestas por la CNA no han encontrado aprobación gubernamental. Dichas reformas habilitarían a las empresas de seguridad a portar armamento de largo alcance, un recurso crucial para enfrentar a las bandas criminales fuertemente armadas.
Estos grupos delictivos ingresan a propiedades productivas, interceptan a trabajadores del sector en tránsito, ya sea por vía fluvial o terrestre, mientras transportan productos, perpetrando ataques, intimidaciones y extorsiones.
Su objetivo es claramente expandir su control territorial y continuar propagando el terror entre la comunidad y los trabajadores, lo que resalta la urgencia de una acción gubernamental realmente eficiente en colaboración con el sector privado para detener los hechos violentos que se suscitan a diario.