La guerra ha comenzado. Quedan dos semanas para que la eliminatoria entre Barcelona y Paris Saint-Germain, pero las espadas ya están por todo lo alto. Según se acerca la fecha, hay cruces de declaraciones, sobre todo con origen en París, que caldean el partido. Anoche, Ronald Koeman dijo basta y acusó a los franceses de estar calentando de más la eliminatoria, además de faltando el respeto a un club como el Barça.
Invitaciones del PSG a Messi
Todo empieza con la pretensión de los franceses de llevarse a Leo Messi. Desde que se supo del malestar del argentino en Can Barça, no han parado de salir voces desde París invitándole a jugar allí, dejando caer que tiene las puertas abiertas.
El primero en rondar públicamente al rosarino fue el propio Neymar, que aseguró que el año que viene jugarán juntos. En aquel momento podría interpretarse que había una posibilidad de hacerlo en el Barça, pero con el paso de las semanas está más que claro que Neymar se quedará en París.
Luego vino Mauricio Pochettino, técnico del cuadro francés. «Jugadores como Messi siempre estarán en la lista del PSG» o «sería hermoso entrenar a Messi» son algunas de las perlas que ha dejado caer. Además, el diario Le Parisien, especialmente bien informado de lo que se cuece en los despachos del equipo capitalino, informó de que Pochettino puso el nombre de Leo como prioridad para la dirección deportiva.
De ahí, del mismísimo director deportivo del club francés salió otro mensaje. Leonardo habló de «una gran mesa» en la que están sentados los clubes que «están siguiendo de cerca este asunto».
Sin embargo, el más contundente ha sido Di María, amigo personal de Leo, y el hombre que hizo perder la paciencia a Koeman. «Hay muchas posibilidades de que Leo venga al PSG«.
En este contexto, con un Barcelona descabezado sin presidente, ha tenido que ser Koeman el que asuma la función de salir a defender los intereses del club para intentar parar los pies al PSG. También lo ha hecho un candidato, Jan Laporta, que acusó a los galos de faltar el respeto al Barça.
Rivalidad PSG-Barça
Todo esto no es más que el último capítulo en una rivalidad que viene de lejos. Una enemistad que se ha cimentado dentro y fuera de los terrenos de juego. En el campo, cuando el Barcelona firmó una de las remontadas más épicas en la historia del fútbol y levantó un 4-0 en octavos de Champions con un 6-1 legendario.
En los despachos, cuando los parisinos aparecieron a golpe de talonario para llevarse a Neymar. El fichaje más caro en la historia del fútbol, el fin de la MSN y un estocazo al orgullo de los culés. Quizás es por eso mismo, porque saben de lo que es capaz Nasser Al-Khelaïfi, que hay tanta preocupación por el interés en Messi.
En cualquier caso, todo esto no deja de ser envoltorio, ambiente, runrún. Lo bueno vendrá en un par de semanas, cuando comience la eliminatoria. Cuando salió el emparejamiento de los bombos, todo el mundo daba por favoritísimo al equipo de Saint-Germain. Ahora ya no está tan claro. Lo que sí se puede asegurar es que la cosa está que arde. Una pena que la eliminatoria sea a puerta cerrada.