Fabián Bustos lleva alrededor de 20 años en Ecuador, entre su etapa como futbolista y como entrenador. Su vida está allá y hoy disfruta de su presente al frente del Barcelona, el club más popular de ese país. De hecho, no duda en decir que difícilmente dejaría su lugar ante una oferta de un club argentino. Pero antes de asentarse allá, unos cuantos años antes, este cordobés que no perdió la tonada tuvo un momento cumbre en su carrera futbolística, cuando pasó de Almirante Brown en el viejo Nacional B y a la Primera División para jugar en Lanús. De la mano de Miguel Angel Russo, a quien va a volver a ver después de varias décadas y enfrentará por primera vez este martes en Guayaquil, por la tercera fecha del Grupo C de la Copa Libertadores.
«Soy agradecido, la primera vez en Primera División fue gracias a él, que me llevó a Lanús. Yo soy agradecido. Nunca más lo pude ver. Nos enfrentamos alguna vez en mi época de jugador, pero pasó el tiempo y después del año 96 o 97 nunca más lo vi. Y obviamente ahora cuando nos enfrentemos le voy a dar un abrazo«, le cuenta Bustos a Olé, en la previa del cruce de líderes del grupo.