Ayer de nuevo la cárcel se tiño de sangre, el Ecuador se ha visto circundado en una crisis carcelaria, donde meses anteriores hubo huidas de algunos presos, violación de una mujer policía amotinamientos como el día de ayer, se vislumbra que esto se da por disputas entre grupos que lideran distintas pandillas en los pabellones , intentando mantener un dominio al interior de los centros penitenciarios, cuyo resultado es la muerte de varias personas privada la libertad y enluta miento de sus familiares.
La autoridades toman una posición del quemeimportismo o se hacen de la vista gorda, o no se dan cuenta que hay un negocio ilícito donde de manera clandestina se meten armas, conjuntamente se evidencia consumo y venta de droga, hay una escases de guías penitenciarios y otros que se corrompe por el dinero para dejar entrar contrabando.
De tal manera me atrevo a cuestionar el sistema de cárceles del Ecuador traspasa un proceso de crisis penitenciario profundo que sitúa, una vez más, en la controversia opinión pública de la sociedad ecuatoriana, dudando de las trascendencias, fines y aparentes de la rehabilitación social.
Algunas autoridades con intereses particulares, les importa que la población ecuatoriana se fije solo en la masacre funesta de los reclusos asesinándose unos a otros. De que esa matanza sea un cortinaje de humo donde se destape la olla de grillos de la gran delincuencia organizada donde están inmiscuidos personajes políticos que desde fuera de igual forma operaría en los manejos de los centros penitenciarios.
Se intenta disuadir a la población ecuatoriana, que sus miradas se concentren permanezcan enganchadas en las imágenes de la masacre carcelaria y que en su mentes conciban solo los asesinatos. Se intenta que la verdadera razón de los compadrazgos políticos y corrupción quede en esos asesinatos y sangre esparcida en los pabellones. A estos personajes políticos les importan que se vea estas escenas inhumanas puesto que de ese modo se amplifica y expande la imagen de maldad que debe conquistar en la opinión pública de cada ecuatoriano, cuando se expresan sobre las personas privadas de la libertad.
En tal ocasión no cabe distinción alguna cuando la gente opina de la población carcelaria: todos las personas privadas de la libertas, son potencialmente maliciosas y perversas, equivalentemente malhechores, todos consignados a la guillotina. Puesto que si entre ellos se liquidan, nuestro país cuenta con menos criminales.
Pero si la población, pensara un poco se cuestionaría como ingresan las armas a las cárceles. No dice nada de las supuestas y reales implicaciones de los que administras los centros penitenciarios. Tampoco dicen sobre el negociado interno de la droga, son verdades que se pretende ignorar.
Según la autoridades, se invierte en un personal penitenciario supuestamente bien capacitado y éticamente instigado de la relevancia y trascendencia social de su trabajo. No obstante, otra realidad es lo que se palpa. Donde los recintos penitenciarios se custodian con el cáncer de la corrupción. Las armas no aparecen de la nada milagrosamente. Para llegar a los pabellones pasan distintas puertas de corrupción, bajo de metástasis de la corrupción de los guías penitenciarios y las grandes autoridades.
Redactor: Ronnie Perez Arreaga