Los expertos dicen que no hay un tiempo exacto para sentirse enamorado. Entendamos cómo funciona la química del amor del cerebro, qué le sucede al cuerpo en el momento de estar al lado de esa persona que nos atrae. Y, es que la intensidad tiene mucho que ver en las parejas. Hay amores que llegan como un relámpago haciéndonos sentir en poco tiempo lo que otros amores nos hicieron sentir en años.
Hay un rasgo en esa persona, un tono, una palabra que dan placer o prometen satisfacción a expectativas fundamentales. Esa condición convierte al otro en “el que puede completarnos”, “satisfacción plena” o en lo que llaman “la media naranja”.
Hay historias cuando una persona lleva años en una relación y no llegan a formalizar. En la psicología práctica, hay casos en los que el amor a primera vista se convierte en una relación seria e incluso llega a formar una familia fuerte y duradera.
Ésto se da cuando una persona conoce a otra y se siente atraída de manera absoluta e inmediata. Es casi un desequilibrio positivo, claro y emocional. Es incontrolable y pareciera estar fuera del plano de la razón. En los diccionarios se la define como “felicidad en estado pleno”.
Por ejemplo, mis padres, estando en una edad completamente consciente, se conocieron en una fiesta de Halloween. Fue amor a primera vista. A los dos meses firmaron matrimonio y vivieron casados por más de 35 años, habiendo dado a luz y criado a cinco hijos y ocho nietos.
El verdadero amor, sin embargo, no es el tiempo, ni el lugar. Es la forma de sentir y de vivir. “Puedes estar en una relación por años y no sentir nada; puedes estar en una relación por dos meses y sentirlo todo. El tiempo no determina los sentimientos ”.
Lcda. Luz Pavicich – Coach Motivacional