En los últimos años, PRONACA ha implementado una estrategia integral de sostenibilidad que busca revalorizar cada recurso utilizado. Un ejemplo es la transformación, desde 2021, de más de 60.000 toneladas de afrecho deshidratado de palmito y 17.000 toneladas de residuos orgánicos transformados anualmente en abono, con ello la empresa está marcando un precedente en la economía circular en Ecuador.
Este enfoque innovador fue destacado durante la IV edición del ESG & Sustainability Forum, organizado por la Cámara Ecuatoriano Británica, donde Alexandra Chamba, Directora de Sostenibilidad, Asuntos Públicos y Legal de la compañía, compartió los avances y las oportunidades en este modelo económico más sostenible, impulsado por PRONACA.
A través de procesos que aprovechan al máximo los subproductos de sus operaciones, la compañía ha cerrado ciclos que no solo reducen desechos, sino que generan valor económico y social. En su planta de Inaexpo, el 100% de los subproductos son reutilizados para crear alimentos balanceados, logrando evitar la disposición de residuos equivalentes a más de 3.000 volquetas de 20 toneladas en rellenos sanitarios. Además, esta planta opera completamente con energía de biomasa, utilizando más de 13.000 toneladas de residuos de palma y madera, lo que elimina el uso de combustibles fósiles en sus operaciones.
La sostenibilidad también guía sus innovaciones en empaques. Desde la implementación de materiales con un 30% de PET reciclado posconsumo en su línea de embutidos, PRONACA ha reducido 1.37 toneladas de plástico virgen en solo dos meses. Estas iniciativas no solo responden a las exigencias de calidad e inocuidad, sino que también promueven un consumo más responsable y alineado con los principios de economía circular.
En el ámbito agrícola, la organización ha optimizado el manejo de lodos residuales, elaborando compost que mejora la fertilidad de los suelos y contribuye al desarrollo agrícola sostenible. Las ventas de su línea de abonos han crecido un 5% desde 2018, y solo en 2022, el volumen de ventas aumentó cerca de un 30% respecto al año anterior. Estos resultados reafirman la capacidad de la empresa para transformar desafíos ambientales en oportunidades de crecimiento económico.
La colaboración ha sido clave en este proceso. Gracias a su alianza con el Banco Interamericano de Desarrollo, PRONACA desarrolló una hoja de ruta para 2035 que integra prácticas como el ecodiseño y la simbiosis industrial en toda su cadena de valor. A nivel local, lidera la Mesa Industrial de Economía Circular, un espacio de diálogo con instituciones públicas y privadas que fomenta la transferencia de conocimientos y la implementación de proyectos colaborativos.
“En PRONACA, la sostenibilidad es un esfuerzo colectivo. Nuestro rol como catalizadores del cambio no solo implica liderar con nuestras acciones, sino también inspirar a otros actores de la cadena de valor a sumarse a esta transformación. La economía circular nos permite enfrentar desafíos locales y globales, generando valor compartido y un impacto positivo en nuestras comunidades,” señaló Alexandra Chamba, durante su participación.
Estos datos no solo reflejan el impacto de las acciones de la empresa, sino también su compromiso como un catalizador del cambio en el país. La sostenibilidad no es un destino, sino un camino que PRONACA recorre con innovación, colaboración y responsabilidad, inspirando a otros actores de la industria a sumarse a la construcción de un futuro más sostenible para Ecuador.