Hoy 02 de marzo del 2021, El módulo de aterrizaje InSight de la NASA aterrizó en Marte el 26 de noviembre de 2018 y desde ese día comenzó su misión de estudiar el interior del planeta.
Para cumplir este objetivo cuenta con tres instrumentos principales: un sismómetro para medir la actividad sísmica actual en Marte (SEIS), una sonda calorimétrica para cuantificar la temperatura de su núcleo planetario (HP) y un instrumento que realiza mediciones de precesión (movimiento asociado con el cambio de dirección en el espacio) y nutación (ligera oscilación periódica) del eje de giro marciano (RISE).
Sin embargo, la sonda de calor, denominada “topo”, no funcionó acorde a lo planeado. Tras múltiples intentos infructuosos de perforación en el suelo marciano, solo ha excavado un máximo de 40 centímetros (estaba previsto alcanzar los cinco metros de profundidad), por lo que la NASA anunció en enero de 2021 que dio por finalizada la misión de esta herramienta.
Si bien un instrumento no cumplió su tarea, el resto lo está haciendo a la perfección. El SEIS sigue detectando fenómenos sísmicos y el RISE continúa transmitiendo información sobre la rotación del planeta.
Según reporta el astrofísico y divulgador científico Daniel Marín, SEIS detectó su primer «martemoto» terremoto marciano en abril de 2019. Desde esa fecha, SEIS ha detectado más de 450 sucesos de origen sísmico.
Pese a todo, el trabajo de SEIS no es nada sencillo. Al no disponer de más sismómetros en otros lugares del planeta, filtrar el ruido y determinar el origen de estos terremotos es “complejo”, califica el científico en su blog.
El núcleo marciano parece tener una alta concentración de azufre más del 18%, un resultado muy “llamativo”, según Marín. En tanto, InSight ha descubierto un pequeño misterio: los terremotos marcianos parecen estar modulados por el Sol. Es decir, según la estación del año y la insolación total, hay más o menos terremotos.
El módulo InSight, que lleva dos años en Marte, recibió a principios de este año una extensión de misión para funcionar hasta diciembre del 2022, dándole tiempo para detectar más terremotos, remolinos de polvo y otros fenómenos en la superficie de Marte.
Fuente: Nasa